Hecho es Mejor que Perfecto- Una Guía contra el Perfeccionismo
Tengo que aceptar que de todas las lecciones que he aprendido a lo largo de mi camino como empresaria, esta es una de las mas importantes. Solía ser una persona extremadamente exigente y perfeccionista. Perdí mucho por querer alcanzar lo inalcanzable. La perfección muchas veces resulta en procrastinación y esta debilidad muchas veces impidió que realizara o completara muchas cosas porque lo que hacía nunca se sentía “suficientemente bueno”. Y aunque mayormente esto se ve en el ámbito profesional; trabajo, proyectos, emprendimientos… la verdad es que también, sin darnos cuenta, nos afecta en lo personal.
No utilizar un vestido porque la ocasión no es “suficientemente especial”, no llevar al niño(a) al parque porque podría estar mas soleado o podría ser mejor otro lugar, no estrenar el nuevo juego de cama porque podrías conseguir unas mejores cortinas que las que tienes…Es un ciclo vicioso y muy peligroso pero lo positivo es que se puede cambiar; un día a la vez, un momento a la vez. Nada nunca será perfecto pero puede ser real e imperfectamente ideal.
Ciertamente, combatir y cambiar esto no se da de un día para otro y no, no es fácil pero hay unas cositas que podemos ir ajustando poco a poco y cuando estas se convierten en hábito, la idea errónea del perfeccionismo queda atrás y te sentirás liberada.
Algunas de las cosas que a mi me ayudan a mantener a raya mi lado perfeccionista son las siguientes:
- Reconocer que la perfección es subjetiva. Lo que para ti es perfecto, puede que para otra persona no lo sea. Es decir que además de ser subjetivo, también es imposible porque lo "perfecto" cambia según la percepción de la persona.
- Dejar espacio para lo "inesperado"- Los perfeccionistas solemos planificar absolutamente todo y esperamos que todo salga acorde al plan y cuando no es así, nos provoca todo tipo de sentimiento negativo. Para combatir esto, es muy importante dejar espacio para lo inesperado, para esas cositas que no planificamos y que muy probablemente surgirán. Por ejemplo, la primera vez que llevé mis hijos a Disney, quería recorrer todo el lugar pero como en el momento era una "perfeccionista en rehabilitación" sabía que si planificaba recorrer todo, muy probablemente no iba a poder e iba a terminar malhumorada por no poder cumplir con mis planes. Entonces planifiqué los días con mucho tiempo de por medio entre cada actividad. De esta manera, podrían surgir cosas inesperadas pero de igual manera iba a poder cumplir con lo planificado. Este es solo uno de un sinnúmero de ejemplos que podría darte pero lo importante aquí es que sepas que el secreto es ser flexible en tus planes. (Más fácil decirlo que hacerlo, I know. Pero es cuestión de práctica, crear el hábito)
- Prioriza y establece metas alcanzables- Ya que "planificación" es el segundo nombre de todo perfeccionista, a veces debemos engañar la mente para no vernos afectados. Y cómo lo haces? Fácil, en lugar de establecer 15 diferentes cosas para hacer en el día de hoy, identifica las 3 o 5 mas importantes y establece esos objetivos para el día. Hacer una lista larga de "to do's" solo te llevará a fallar en completarlas porque no es posible hacer taaanto en un mismo día. Por el contrario, si estableces metas alcanzables, como por ejemplo 5 cosas por hacer diariamente en lugar de 15, esto te ayudará a cumplir con tus expectativas y sentirte a gusto, realizada.
Así que, cuando sientas que esa parte “perfeccionista” de ti se asoma nuevamente, pon a prueba estos consejos y recuérdate: Hecho es mejor que perfecto. Siempre.